Fecha: 26-07-2013
Río: Órbigo
Tiempo: nublado por la mañana, a partir de las dos intercambios de nubes y claros
Tramo: parte superior del E.D.S
Capturas: catorce peces
Estado del río: muy bueno
Postura: muy poca
Tiempo de pesca: de doce del mediodía hasta las seis de la tarde
Moscas: la Saltona, la Navatejerana de cuerpo carne, la Oliva
EL TRAMO:
Para alguien como yo acostumbrado a pescar tramos libres, la mayoría sobreexplotados, donde pescar una trucha, ya es difícil, de repente te encuentras en un escenario que podríamos denominar como el paraíso de la pesca con mosca. El cambio es radical, de la incertidumbre y a veces resignación de los tramos libres pasas en poco tiempo de llevar pescando estos escenarios sociales, al convencimiento y a la seguridad de que vas a tener un buen día.
Para alguien como yo acostumbrado a pescar tramos libres, la mayoría sobreexplotados, donde pescar una trucha, ya es difícil, de repente te encuentras en un escenario que podríamos denominar como el paraíso de la pesca con mosca. El cambio es radical, de la incertidumbre y a veces resignación de los tramos libres pasas en poco tiempo de llevar pescando estos escenarios sociales, al convencimiento y a la seguridad de que vas a tener un buen día.
A estas alturas de la temporada las truchas en estos escenarios están muy pescadas y se comportan de una manera nerviosa, yo diría que saben latín y si no andas listo se te zafan entre la oca o alguna piedra y te enredan la mosca en un santiamen y te quedas a dos velas.
Los que pescamos con mosca nos damos cuenta de todos estos detalles, además de tener la satisfacción de ver subir la trucha a la mosca y también de comprobar la cantidad de rechazos que tenemos a lo largo del día y poder cambiar de artificial si fuera preciso.
De los siete pescadores que me encontré, los siete pescaban a ninfa, gente joven con una soltura en el lance digna de ver, a uno le pregunté que cuantas truchas llevaba y me contestó que cinco pequeñas, yo le dije que llevaba unas diez y un par de ellas buenas y otra grande que me había roto el terminal. Me preguntó que con que pescaba y le dije que con un tricóptero, pero solo para señalizarme donde estaba la trucha, ya que el noventa por ciento de las veces me lo rechazaban, después eso sí cambiaba a una carne o una oliva y más de una terminaba en la sacadera.
En este tipo de tramos hay que tener buenos reflejos, ser capaz de controlar al pez con energía y sin concesiones, la trucha grande busca poder descolgarse en las corrientes fuertes allí donde su fuerza más la del agua sean capaces de romper el terminal. Yo, entre más años llevo pescando, más cara de tonto se me queda cuando una trucha grande me gana la partida, y me pongo nervioso cuando me sucede esto, luego al cavo de un par de minutos vuelvo a la rutina con la esperanza de que la próxima trucha grande yo sea el vencedor.
Así, entre unas que se van y otras que consigues llevar a la sacadera, se va pasando el día sin darte cuenta y al final de la jornada te sientes cansado, pero satisfecho y das gracias por poder disfrutar de tu deporte favorito en un entorno privilegiado y lleno de truchas.
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| Hermosa tablada con mucha trucha. Temporada 2013. |
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| Otro tramo con mucha trucha, (parte superior del escenario). |
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| Trucha capturada a mosca seca. |
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| Un pequeño descanso para reponer fuerzas. |
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| Hermoso ejemplar capturado con emergente. |
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| Truchas capturadas a mosca seca. |
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