sábado, 17 de noviembre de 2018

LA PESCA CON MOSCA EN RÍOS PEQUEÑOS.

La pesca con mosca seca en pequeños ríos y arroyos es una forma tranquila y pacífica de relajarse y disfrutar de la Naturaleza. Independientemente de las razones por las que eligamos pescarlos, hay algunas cosas que vale la pena tener en cuenta.
El gran número de peces que normalmente esperamos capturar en estos ríos y arroyos, compensa con creces la falta de tamaño. Una excelente manera de aprovechar y disfrutar al máximo con estas pequeñas truchas es pescarlas con el material adecuado.

Cuando te encuentres en uno de estos ríos batiendo la mosca de un lado a otro, debes saber que existe un equipo recomendado para pescarlos. No todos los productos de pesca con mosca son iguales, ni están diseñados para un mismo escenario. Si eres nuevo en el deporte de la pesca con mosca o quieres iniciarte en este apasionante mundo, quizás estas reflexiones que a continuación expongo fruto de mi experiencia personal, te ayuden a tomar una decisión y a seleccionar lo que mejor se adapte a tus necesidades.

Trucha del Duerna. 
Río Duerna. 

LA CAÑA :
Una buena caña de mosca vale cada euro que pagues por ella, y más. Ninguna herramienta es más importante para el pescador que la mejor caña de pescar que se adapte al escenario de pesca, al tipo y tamaño de los peces, y al tipo de mosca.
La caña especialmente en estos escenarios juega un papel importante para lograr precisión y colocación exacta de la mosca. Esta precisión puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso.
La caña más popular y versátil para pescar truchas a mosca en nuestros ríos leoneses es la caña de 9'pies y línea 5,y es así porque es lo suficientemente delicada como para pescar con pequeñas moscas y proteger un terminal del 7X,y lo suficientemente potente como para pescar con un par de ninfas pesadas o lanzar un streamer con facilidad. Pero como cualquier cosa que lo hace todo, no hace una cosa mejor. Con esta configuración, la pesca con mosca en nuestros pequeños ríos y arroyos se convierte la mayoría de las veces en hacer volar los peces por el aire, ya que es probable que el pez al clavarlo salga volando por detrás de nosotros. Una excelente manera de aprovechar y disfrutar al máximo con las truchas más pequeñas sería disminuyendo el tamaño de la caña y el peso de la línea, creando así una lucha deportiva y divertida, incluso con las truchas más pequeñas.

Mi vieja caña SAGE LL 8,6' 4#
El río Omaña. 

Cuando la mayoría de los pescadores prueban cañas de mosca, lo primero que hacen es quitar toda la línea del carrete y ver cuanta distancia puede lanzar la caña. Sabiendo esto, los fabricantes a menudo construyen cañas más potentes, con puntales más rígidos para lanzar más lejos. Si eres inteligente y quieres probar una caña, primero fíjate en como lanza y que precisión tiene en un rango de distancia de entre 7 y 14 metros, porque esa es la distancia a la que pescarás en el 95% del tiempo. Una caña de entre 7,6' y 8,6' pies línea 3 o 4, de acción "moderada" , sería una herramienta perfecta para pescar estos escenarios a mosca seca y eventualmente a ninfa.
Estas cañas no sólo pueden lanzar toda la línea si fuera necesario, sino que además se sienten increíblemente ligeras en acción de pesca. Los materiales utilizados en la fabricación de estas cañas modernas las han vuelto más livianas, resistentes, duraderas y flexibles, fundamentalmente por la introducción de nuevas resinas de alto módulo.
Hace una década, la tecnología del grafito para la construcción de cañas de mosca había llegado a su límite, fue entonces cuando Orvis tomó un enfoque diferente, se centraron en el epoxi utilizado para unir las fibras de grafito y la malla. Usando resinas termoplásticas avanzadas, Orvis Helios era entonces una caña más sensible y un 25% más ligera que cualquier otra caña comparable en el mercado. Otras empresas respondieron con nano resinas adaptadas al proceso de fabricación de cañas. Las cañas construidas con tecnología super resina (SRT) son extremadamente suaves y ligeras, y tienen una vibración de punta casi cero, pero tienen su precio, esta super resina agrega al valor de la caña un 30% del coste total. Muchas cañas de alta gama y más vendidas en la actualidad usan SRT : Orvis Helios 3, SAGE Salt HD, Scott Radian, Tomas & Tomas Avant, Winston Air, por nombrar algunas marcas. 

Dependiendo de cada fabricante, la acción "moderada" es la interpretación moderna de una acción indicada para presentaciones delicadas y precisas en las distancias más comunes y escenarios más frecuentados por los pescadores de truchas. Son cañas más o menos rápidas pero no rígidas, que cuentan con una recuperación rápida y una punta progresiva suave que combina potencia y precisión, permitiendo bucles abiertos para una presentación más delicada, y que se arquea de tal manera que nos permite sentir realmente la fuerza de los peces más pequeños durante la pelea como si fueran el doble de grandes, además una caña ligera y agradable en la mano todo el día rinde grandes dividendos en términos de fatiga, especialmente cuando pescamos al agua y hacemos un montón de falsos lances, como generalmente sucede cuando pescamos estos ríos.
Siempre he considerado que la clave del éxito pescando a mosca seca está en la precisión y suavidad del lanzado, por eso cuando pesco con mi vieja caña SAGE LL 8,6' 4#, tengo la sensación de que puedo poner la mosca justo donde quiero, y hacerlo una y otra vez.
También es importante que el carrete y la línea se adapten bien a la caña. En general los carretes más ligeros tanto manuales como semiautomáticos son los mejores, una prueba de ello es el Vivarelli, un carrete semiautomático ligero, sencillo y funcional. En cuanto a la líneas, las de doble uso DT con conos y puntas largas como la 444 Classit de Cortland, van bien con cañas de acciones lentas o medio-lentas, incluso se adaptan muy bien a las cañas de última generación de acciones moderadas. Las líneas descentradas modernas de peso adelantado WF tienden a sobrecargarlas, por lo que estas cañas pierden precisión y por tanto efectividad, estas líneas WF son más apropiadas para cañas de acciones rápidas o medio-rápidas con mayor peso de línea. En cualquier caso, a la hora de adquirir una línea será el vendedor el que mejor nos pueda asesorar.

Río Duerna. 
Río Yuso. 
Río Cea. 
Río Bernesga.
Río Torío. 
Río Luna. 
Trucha del Duerna .
Cañas rápidas está bien, pero la precisión en la pesca con mosca lo es todo. La diferencia entre el éxito o el fracaso a menudo se mide en centímetros. Todas las cañas de última generación de gama media y alta son poderosas, pero la precisión es la nueva frontera. El sueño de todo pescador con mosca experimentado es la precisión con potencia.
Es verdad que no siempre las cañas más caras son las mejores, pero nadie da duros a cuatro pesetas y si quieres lo mejor tendrás que abrir tu billetera de par en par y hacer un fuerte desembolso de entre 800 y 1000€, una buena prueba lo tienes en las cañas Scott Radian, Hardy Zephrus, G.Loomis LP, Winston Pure o Orvis Helios 3 entre otras marcas. Estas cañas son bastante más económicas en sus países de origen, aquí en España se incrementan los precios debido a los altos aranceles y a las comisiones de distribuidores y vendedores. No obstante mi consejo es que si puedes compres lo mejor, nunca lo lamentarás y solamente gastarás el dinero una vez, porque estas cañas no sólo son las mejores para pescar estos pequeños ríos, sino que también son las mejores para pescar los ríos más grandes como el Esla, Porma o el Órbigo. Esto también es válido para los que piesan iniciarse en esta modalidad de pesca, porque os permitirá avanzar mucho más rápido.

Cada vez que estoy interesado en comprar una caña nueva, me acuerdo de esa escena de Indiana Jones y el Santo Crial : cuando el traidor llega a la sala del Grial y recibe la falsa copa, la sumerge en el agua, toma la bebida y luego se desintegra en polvo. ¡El eligió mal! declara el caballero que guarda el Grial. Tu no envejecerás cien años en cuestión de segundos, ni te convertirás en una nebulosa planetaria si eliges la caña incorrecta, pero puedes sentirte obligado a seguir usándola, incluso si te causa malos hábitos, y entonces tendrás un serio problema de remordimiento. Dicho lo cual, todo el mundo tiene sus preferencias personales para las cañas, de la misma manera que todos tenemos nuestros colores favoritos. Nadie está en lo cierto, y con las cañas no es diferente.

Trucha del Yuso. 
Coto de Priaranza, río Duerna. 
LA LÍNEA :
Así como en la pesca a la leonesa la máxima responsable del lanzado es la boya con más o menos agua en su interior, en la pesca al hilo es el peso de las propias ninfas, en la pesca con mosca seca la máxima responsable del lanzado es la línea, o dicho de otro modo, la transferencia de la energía que aplicamos sobre la caña es lo que denominamos línea y que algunos se empeñan en llamarla "cola de rata".
Al elegir la línea para pescar estos escenarios deberemos tener en cuenta algunos factores tales como el diseño del taper o cono para que la caña se cargue a corta distancia, pero a la vez con suficiente cuerpo para poder hacer lances largos cuando las circunstancias lo requieran. También el tip o punta destinado a amortiguar las caídas bruscas y enlazar más homogénea con el cono, deberá ser fina para mayor suavidad en el posado.
Un lanzamiento con la línea o sedal pesado funciona permitiendo que la caña se doble contra el peso de la línea durante el lanzado, esto a menudo se conoce como "cargar la caña". Por tanto es muy importante colocar suficiente flexión en la caña pero no tanto como para sobrecargarla. Para lograr esto, es crucial hacer coincidir el peso de la línea (ligado al peso de los primeros 9,14 metros) con la caña, para así lograr un rendimiento óptimo. Todos estos factores así como el color, recubrimiento, flexibilidad etcétera, también deberán conjugarse entre sí adecuadamente, y esto no es nada fácil, máxime cuando cada línea está diseñada para realizar su trabajo bajo determinadas circunstancias. Cada escenario de pesca requiere un perfil determinado y eso deberemos tenerlo en cuenta a la hora de adquirir una línea para que cumpla perfectamente nuestras exigencias y necesidades.

Las líneas se pueden dividir básicamente en dos grupos : naturales y sintéticas. Las líneas de seda natural no son demasiado utilizadas en estos escenarios, se trata de líneas extremadamente suaves pero más difíciles de lanzar que las sintéticas y en algunos casos no siguen la numeración AFTM (American Fishing Tacke Manufacturer) Asociación de Fabricantes de Aparejos de Pesca, sino que poseen el suyo propio para clasificar sus respectivos pesos. Como primera línea yo la descartaría para pescar estos pequeños ríos, pero quizás para ríos más grandes te decidas a tener una... Las líneas sintéticas son las más utilizadas por los pescadores de mosca de todo el mundo. Sin entrar a valorar y clasificar los distintos tipos de líneas pues sería excesivamente largo, una línea sintética DT (de doble uso) posiblemente sea la línea perfecta para pescar estos pequeños ríos y arroyos. Los lances en estos escenarios rara vez sobrepasan los diez metros, generalmente las distancias más comunes están entre los seis y diez metros. Una línea DT cargará la caña rápidamente en distancias cortas, a la vez nos permitirá hacer lances largos cuando lo necesitemos, además nos permitirá hacer lances rodados en espacios estrechos.
Otra ventaja adicional al elegir este tipo de líneas DT es cuando por alguna causa levantamos la caña, bien para pescar de punta muy común en estos escenarios, o bien cuando intentamos meter el pez en la sacadera, estas líneas se deslizan con menos facilidad por las anillas, todo lo contrario que las líneas WF que al tener más concentrado el peso en la parte delantera tienden a deslizarse por las anillas con mayor facilidad, por lo que en un descuido nos encontramos con la línea y parte del bajo en el agua y la mosca en la anilla del puntero. Además una línea DT nos permite una vez deteriorado un extremo darla la vuelta y encontrarnos con otra conicidad idéntica sin usar.
Desde que nuestros predecesores mosqueros emplearan crines de caballo para atar sus moscas hasta el día de hoy, la tecnología y fabricación de líneas ha cambiado drásticamente. Actualmente la fabricación de estas líneas pasa por etapas de cambios continuos, cada cierto tiempo salen nuevos modelos con nuevas aplicaciones novedosos que cargan las cañas con mayor eficacia, lanzan más lejos con menos esfuerzo y se adaptan mejor a los diferentes escenarios y técnicas de pesca.

Río Curueño. 
Río Torío. 
Río Duerna. 
EL BAJO DE LÍNEA :
Nos hemos gastado una considerable suma de dinero en la mejor caña del mercado, tenemos la oportunidad de apreciar su ligereza, extraordinaria precisión, incomparable acción, y todo ello combinado con la más moderna tecnología en líneas de mosca, super deslizante, perfil diseñado para pescar ríos y arroyos pequeños, nuestro carrete ligero, de diseño, sin holguras... lo cierto es que llegamos a la orilla del río y cuando pensamos que todos los peces saldrían del agua solo por contemplarnos, observamos como nuestro flamante equipo no lanza como nos dijo el dependiente de la tienda de pesca, nuestras posadas no hacen otra cosa que asustar a los peces, y esa maldita brisa casi imperceptible supone un verdadero muro entre nosotros y el lugar donde pretendemos poner la mosca. Ante esta grave decepción solo puede existir dos explicaciones : no sabemos lanzar correctamente o nuestro bajo de línea no está debidamente equilibrado, o tal vez sean las dos causas juntas, pero lo cierto es que muchas veces con la mera ayuda de un simple nudo colocado apropiadamente entre la línea y el bajo puede verse incrementado drásticamente nuestra efectividad en el lance.

Río Duerna. 
Río Omaña. 
Sí como yo crees que no hay nada más importante en la pesca con mosca que la presentación, entonces apreciarás la importancia del bajo de línea.
El bajo de línea es con mucho el componente más importante del equipo de pesca y creo que todavía el 99% de los pescadores con mosca tienen ese orden equivocado, y las razones son muy simples, el aspecto más relevante de la pesca con mosca está en la presentación y posterior deriva natural de la artificial.
El bajo de línea en estos escenarios tiene capital importante, su longitud, ahusamiento y equilibrado influirán definitivamente en la extensión total del lanzamiento y en el dragado de la mosca.

Generalmente los dos tipos de bajos que más se usan tanto en ríos pequeños como medianos y grandes son los de monofilamento y los compuestos. Los de monofilamento son los más divulgados, están construidos de forma cónica ahusada y decreciente hasta la punta, suelen presentar dificultades en la extensión total, influyendo en este contratiempo los perfiles de ahusamiento aplicados en su fabricación, ya que generalmente no se fabrican específicamente para cada situación de pesca.
El bajo compuesto de fabricación casera se realiza por medio de la unión de trozos de monofilamento en varios calibres y longitudes, y su empleo se reduce a algunos pescadores exigentes y meticulosos. Si tu eres uno de esos pescadores y tu propósito es rizar el rizo llegando al límite de como transmitir la energía hasta la extensión total del bajo de línea, confecciona el tuyo propio, busca un nailon mórbido y que extienda bien, para la elaboración deben aplicarse secciones decrecientes tanto en longitud como en el diámetro del nailon y unirlas mediante nudos de barril, ya que es el tipo de nudo que más volumen adquiere y en el que gracias a su mayor peso más energía transmite al resto de los tramos que se encuentran a continuación, más cerca de la mosca.
Como orientación general de un bajo compuesto apropiado para pescar con mosca estos pequeños ríos seria el siguiente : un primer tramo de 60 centímetros de largo y 0,40 de diámetro. Un segundo tramo de 50cm. del 0,30. El tercero tramo de 45cm. del 0,20. El cuarto tramo de 40cm. del 0,18. El quinto tramo de 35cm. del 0,16. El sexto tramo de 30cm. del 0,14. Finalmente el terminal de 80cm. del 0,12. La longitud total de este bajo seria de 3,40 metros después de haberlo unido a la línea mediante nudo. Hay que tener en cuenta que deberemos añadir 15cm. al primer tramo que necesitaremos para unirlo a la línea y 10cm. más para unirlo al segundo tramo, y así sucesivamente con el resto de los tramos.

Contrariamente a la opinión general, un bajo de línea largo no es difícil de lanzar ni de extenderlo totalmente siempre que esté bien equilibrado. Hay que tener en cuenta que a mayor longitud del bajo más natural es la deriva y menos posibilidades tiene la mosca de dragar, aunque no necesariamente el largo tiene que estar relacionado con el ancho del río, sino más bien con el comportamiento de las truchas.
Los bajos de línea cortos en estos escenarios provocan que infinidad de corrientes de diferentes velocidades tensen demasiado deprisa el bajo al ser arrastrado por la línea tirando así de la mosca y haciéndola dragar, y en muchos casos produciendo el hundimiento de la misma.
Estas medidas naturalmente pueden variar a gusto del pescador. Existen infinidad de equilibrados que sirven de manera diferente a cada situación y a cada pescador incluidos los bajos de monofilamento, es decir, que el equilibrado que le va bien a uno puede no irle tan bien a otro, por eso nunca, nunca te resignes con un determinado equilibrado, realiza siempre más y más pruebas, nuevos tipos de hilos, largos diferentes... la calidad del lance se verá aumentada hasta límites insospechados.

Río Cea. 
Río Omaña. 


La aplicación de los bajos construidos por uno mismo, suelen ser necesarios en circunstancias especiales como lanzados largos con posadas suaves y delicadas, en tablas de aguas lentas y claras, y sobre todo cuando las truchas están muy pescadas. Un bajo de línea de monofilamento o hecho por uno mismo, con un diseño correctamente equilibrado, podría ser extendido por una mano experta sin necesidad de utilizar la caña.
Por último, referente a los bajos decir que los terminales deben ser lo más fuertes posibles que nos permitan las truchas en cada momento y situación, es beneficioso tanto para las truchas como para el pescador, dado que tardaremos menos tiempo en llevar el pez a la sacadera y devolverlo al agua, además se pierden menos moscas en los siempre omnipresentes arbustos que parecen alinearse en los momentos más inoportunos.
Los terminales de fluoro carbono son más duraderos y tienen mayor resistencia a la rotura y a la abrasión que el nailon, también es menos visible bajo el agua. El agua tiene un índice de refracción de 1.33, el fluoro carbono tiene un índice de refracción de 1.42, y el nailon llega a 1.62. También el fluoro carbono suele ser más rígido, se enreda menos y es más fácil de desenredar que el nailon, y no absorbe tanta agua, sin embargo el nailon tiene una excelente resistencia al nudo y flota mejor que el fluoro carbono, por eso es más indicado para pescar en superficie.

Río Curueño. 
Río Torío. 
Río Duerna. 
LAS MOSCAS :
No es necesario un ejército de moscas para pescar estos ríos, con varios modelos de nuestra confianza es suficiente, y aunque personalmente siempre disfruto probando nuevos modelos y nuevos materiales, mis moscas favoritas son inremplazables, siempre confío en ellas.
Son moscas montadas al estilo tradicional, con sedas y plumas de los gallos de pluma de León, no existe comparación alguna con otras plumas en cuanto a efectividad, y el mantenimiento que precisan en acción de pesca es bien conocido por los aficionados a esta modalidad de pesca, especialmente por los más mayores, un par de falsos lances después de mojarse o ser tomada por una Trucha, y la mosca está de nuevo dispuesta para flotar como una mota de polen por las ondulantes aguas de estos pequeños ríos y arroyos, aunque aveces sea recomendable colocarlas algún detalle visible para poder seguir la deriva en lugares sombreados o en días oscuros.
Elegir moscas efectivas que puedan ser presentadas una y otra vez con el mínimo de mantenimiento, es un factor clave en la selección de las artificiales para pescar estos escenarios de aguas cantarinas, y la flotabilidad es una parte esencial. Ahora todo ha cambiado, lejos estamos de utilizar una pluma de "gallo rojo de muladar sangriento", tal como aconsejaba Juan de Bergara en el siglo XVII. No...actualmente la mayoría de los materiales de montaje son artificiales, y tal vez las truchas sean capaces de apreciar la diferencia, porque la disparidad que existe entre una antigua imitación y una actual, viene a ser la misma que entre un vino artesanal y otro a granel. Nos hemos acostumbrado a lo fácil y cómodo, pero creo firmemente que una imitación montada al estilo tradicional con sedas y plumas de los gallos de pluma de León, materiales totalmente naturales y tal vez primitivos, disponen de una capacidad mayor para capturar truchas.
Existen multitud de materiales naturales y sintéticos para el montaje de moscas artificiales que flotan muy bien como el CDC o culo de pato. El secreto del éxito del CDC entre muchos pescadores y montadores, es la flotabilidad natural que poseen estas plumas y la simplicidad del montaje, pues no es necesario ser un gran montador para realizar perfectamente una mosca con estas plumas en un par de minutos. También ha contribuido a su éxito las posadas delicadas que proporcionan sus fibras y el auge de las emergentes, su flotabilidad es extraordinaria sobre todo en aguas lentas o en corrientes moderadas, pero en estos escenarios de aguas rápidas su comportamiento es bien diferente, son buenas durante los primeros lances, pero después de haber sido sumergidas varias veces por remolinos u otras causas, la mosca pierde flotabilidad que no es fácil volver a recuperar, se pueden engrasar para ayudarlas a flotar, pero poco a poco van perdiendo la naturalidad necesaria para provocar sin recelo alguno el ataque de estas truchas, que aunque no sean tan quisquillosas como sus hermanas las de llanura, no resulta fácil engañarlas. Retirar la mucosidad que desprende la boca de las truchas después de algunas capturas, es también una perdida innecesaria de tiempo con estas plumas, y no resulta fácil eliminarlas por completo. Todos estos inconvenientes dan como resultado moscas difíciles de manejar y poco productivas para pescar estos escenarios.
Las moscas secas montadas con dubbings también son inapropiadas para estos ríos, cogen agua y se vuelven pesadas, además estos materiales deforman la silueta en las moscas pequeñas, haciéndolas más voluminosas y restando naturalidad y por tanto efectividad.
En cuanto a las ninfas-perdigones, suelen dar buenos resultados en estos escenarios, se hunden rápidamente en la columna principal de la corriente, y el destello de la bola junto con los materiales reflectantes de colores intensos y detalles holográficos, les hacen inresistibles a los ojos de estas inquietas truchas, aunque contrariamente a lo que mucha gente cree, no es una pesca ni tan sencilla ni tan efectiva, y requiere de una técnica muy depurada que solo se adquiere con años de práctica. Es un tipo de pesca en la que no se insiste mucho en cada postura, recorrer largos tramos es una forma de capturar muchos peces con estas artificiales.

Río Duerna. 
Río Omaña. 
Río Cea. 
LA ESTRATEGIA :
Estos pequeños ríos son sin duda la mejor escuela para aprender las técnicas más complejas del lanzado y presentación de la artificial. Enfrentarse a estos escenarios es para el pescador novel un reto y un motivo de superación, y para el pescador veterano curtido en mil batallas es lo máximo, es el poner en práctica todos los conocimientos adquiridos a lo largo de los años.
La topografía del terreno y la vejetacion existente, nos obliga a realizar todo nuestro repertorio en muy pocos metros : pesca en corto, en largo, lances rodados, cruzados, a ballesta, etcétera. En pocos lugares varía tanto la técnica del lanzado como en estos pequeños ríos naturales.
Conocer la estructura de estos ríos, así como el comportamiento y hábitos de sus truchas, es esencial para poder planear una estrategia a seguir, de lo contrario no estaremos pescando sino intentando pescar. Aún así, con estrategia o sin ella, todas las precauciones que podamos tomar serán pocas. Estas pequeñas truchas siempre están alerta a cualquier peligro, por lo que cualquier cosa que las parezca extraño las hará cobijarse debajo de las piedras, por eso es importante caminar lento y siempre aguas arriba, limitando en lo posible los falsos lances, y no dejar piedra sin remover, cada ruptura de la corriente ya sea un tronco, una piedra grande, una línea de espuma, cualquier cosa sospechosa puede albergar un pez dispuesto a subir a nuestra mosca. Así que... silencio, estamos pescando. Ya lo dice el refranero : "El pescador invisible para el pez es terrible".
Algunas posturas pueden parecer increíblemente prometedoras, pero conseguir presentar una mosca en óptimas condiciones puede llegar a ser un verdadero desafío para las leyes físicas del lanzado, en estos casos hay que emplear toda nuestra experiencia. Ser creativos en estas circunstancias puede ser la diferencia entre capturar una Trucha trofeo, o salir del río con pequeños y ansiosos peces.
Cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles de presentación de la mosca, el pescador debe tener en cuenta que los peces no les importa cómo lo hagas, solo les importa que pongas tu mosca en su carril de alimentación, no importa lo poco ortodoxo que parezca el lance, lo que realmente importa es que el pez vea tu mosca. El clásico lance de "ballesta", que consiste en coger la mosca con los dedos y hacer flexionar la caña hasta conseguir que esta salga proyectada hacia el lugar deseado, es un buen ejemplo.

Río Omaña. 
Río Curueño .
REFLEXIÓN FINAL :
Sin duda estos ríos pueden ser la mejor opción durante los días calurosos de primavera y verano. Escoger un pequeño río como el Duerna es una excelente manera de pasar un buen día de pesca, buscando con perseverancia y astucia esa trucha extra grande que inevitablemente nos está esperando en algún lugar del río. Una Trucha de cuarenta o cincuenta centímetros en cualquier otro río es una gran captura, pero en un pequeño río podría ser la captura de nuestra vida.
Más allá de las capturas, cada vez que visites estos ríos es una ocasión única que debes aprovechar para ver y percibir, para pescar y disfrutar, y sentir el río como algo tuyo que debes cuidar. No es sólo sentirse bien bajo la espesa arboleda que nos protege del sol y nos transmite sensaciones agradables, son todos esos detalles que se van sumando a la jornada de pesca como cosas positivas que te envuelven en una placentera sensación de bienestar y tranquilidad, a veces es el canto de un pájaro, otras veces es el vuelo rasante del martín pescador que pasa a nuestro lado, un saltamontes que se precipita a tu paso y cae al río, o esas piedras en medio de la corriente desnudas y lisas de variados colores y tamaños.
Estos pequeños ríos son Naturaleza viva, y en sus aguas frías y cristalinas habitan un número inmenso de seres vivos que son joyas de la fauna acuática. Estos pequeños ríos son maravillosos, no los hay en el mundo más bellos, muestran la verdad a quien sabe verla, dejan viajar nuestros pensamientos por sus ondulantes aguas y nos otorgan la mejor de las terapias posibles. El rumor de sus corrientes y cascadas son como un bálsamo que despierta hondas sensaciones, serena el cuerpo y acaricia los sentidos. Es un espectáculo libre y natural, su fluir eterno, su belleza, su frescor y su continuo murmullo, nos trasladan al mundo de los sueños para sentirnos libres como los peces, los pájaros... libres como el viento.
Si vas a pescar estos ríos condicionado por las capturas de muchos peces, te puedes perder toda esta realidad que no es otra que la vida del río, su esencia y su fluir. Siéntelos y respétalos, procurando que a tu paso por ellos sea lo menos perjudicial posible, serás mejor pescador, mejor persona.

Río Duerna. 

viernes, 7 de septiembre de 2018

¡ A POR LAS GRANDES... CON ALGUNOS CONSEJOS !

A ti, amigo pescador, dedico estos ligeros apuntes, hijos de mi afición a la pesca, y de la observación de ese incomparable egercicio que me domina desde muy joven.
Al Esla, mí río predilecto, del que tanto he disfrutado y tantos recuerdos dejó en mi juventud. En el queda la mitad de mi alma y los mejores momentos de mí vida.

Al ir abandonando paulatinamente con la carga de los años, lo que ha constituido el ideal de mi vida, me queda el consuelo de saber que no han sido inútiles mis esfuerzos empleados en observar y conocer este maravilloso río, que para mí fué y en menor medida sigue siendo, un río de primer orden para la práctica de la pesca de la trucha con mosca, y que tantos pescadores notables han tenido el placer de conocer la belleza de sus tablas y raseras, su fauna y su flora ribereña... y sobre todo, sus truchas.
Precisamente ahora, cuando en otros tiempos estaría pescando, me pongo a escribir sobre pesca. No me propongo hacer un estudio serio porque no soy especialista en la materia, solo trazar algunos apuntes para los iniciados, fruto de la observación y la práctica de tantos años pescando estos escenarios de aguas profundas donde las truchas grandes tienen su particular edén.

Tucha del Esla. Hasta las grandes se confunden.

Río Esla. En un lugar de cuyo nombre prefiero no acordarme. Ante mí, una enorme y profunda tabla de aguas lentas. En la margen derecha, a unos quince o vente metros, justo bajo las ramas de una salguera, observo las sutiles cebadas de una trucha, son cebadas rítmicas, incesantes, casi imperceptibles, con esas burbujas que nos indican la presencia de un pez serio.

Las pulsaciones aumentan, da igual los años que lleve pescando, estas situaciones me siguen poniendo nervioso. Trato de mejorar mi posición, pero el agua me lame los primeros bolsillos del chaleco, me mojo el codo derecho, noto un pequeño escalofrío que recorre mi cuerpo, el agua está fría, aunque no me importa, ya estoy acostumbrado a pescar en estas situaciones, con el agua al límite del vadeador.

Algunos me dicen que debería pescar en otros sitios menos peligrosos, que algún día me va a pasar algo, pero yo no les hago caso, se muy bien que las truchas grandes les gusta el agua abundante, que se sienten más confiadas, aveces descuidando parte de sus instintos de protección, aunque casi siempre están en posturas difíciles, poniendo a prueba nuestra capacidad y habilidad como pescadores con mosca. Sin embargo, son estas truchas las que me gusta pescar, porque son las que me han hecho evolucionar como pescador y tal vez como persona.
 
Tablada del Esla, protagonista de la historia. 

... La trucha no para de cebarse. Lanzo una pequeña emergente, la mosca se ha posado bien, donde yo quería, un metro por delante de las cebadas.
No veo bien la deriva de la pequeña emergente, el día está algo nublado y la visibilidad en la sombra agrava la situación. Me hubiera gustado presentarla una mosca más grande, con el collar de flotación más claro, pero seguramente me la rechazaría, eso me dice la experiencia y no quiero desperdiciar el primer lance.

La pequeña emergente se aproxima a los diminutos aros producidos por las reiteradas cebas, contengo la respiración... nada. Vuelvo a lanzar, esta vez algo más arriba, también posa bien, suave como una pluma, quizás algo escorada a la izquierda de su carril de alimentación... nada de nuevo. Repito la operación varias veces más, y nada de nada, ni cebada ni movimiento alguno en los siguientes quince minutos, sólo las hojas de los chopos ponen algo de música con su rumor, queriendo hacer la tarea que no hace el agua en esta tablada de aguas mansas y mudas. Me huelo lo peor, ¡la he cagado, lo sé! Abandono. ¿Que pasó?

La pesca con mosca de lo que se trata es de engañar a los peces haciéndoles creer que la mosca que les presentamos es real. Y para hacer eso debes saber como piensan los peces.
Pescar truchas grandes y difíciles en estos escenarios, requiere además de saber como piensan, tener experiencia, tener bien amaestrada la vista, poseer unas buenas condiciones físicas y aún morales, sin las cuales no es posible ni tan siquiera intentar capturar alguno de estos ejemplares.

Río Esla en verano. 

Algunos consejos básicos para los que comienzan o llevan poco tiempo pescando estos escenarios.
1. Localizar al pez : lo mejor para localizar los peces grandes es conocer el tramo, saber donde están, tener buena vista y algo de paciencia. Dicho esto, si pescas al agua puede que captures más truchas, pero será difícil que te suba una realmente buena, las truchas grandes suelen hacer pocos aspavientos, están generalmente en posturas complicadas, rozando el límite, poniendo a prueba las aptitudes del pescador, no han llegado a ser grandes por casualidad.

Busca sus tenues cebadas bajo la vejetación de las orillas, o mejor, intenta ver a la propia trucha. Entrena bien la vista y utiliza las mejores polarizadas que te puedas permitir, será una buena inversión y notarás una gran diferencia en ojear y encontrar peces.

2. La aproximación : El fracaso del pescador muchas veces se atribuye a las moscas mal elegidas o mal utilizadas, a la técnica inadecuada, al tiempo o al agua que está muy fría, aveces también a la mala suerte, sin embargo la razón suele ser una mala aproximación al pez que se asusta y huye antes de que se le puede tentar.

2a. Aproxímate a la trucha con sigilo, aprovechando cualquier obtáculo para no ser visto, sin ruido, sin provocar ondas en la superficie del agua, sin proyectar tu sombra sobre la postura donde se encuentra la trucha. Las sombras son quizás el indicador más obvio para ahuyentar a los peces y muy especialmente a las truchas, con águilas, garzas y un número incalculable de otros depredadores, incluidos los humanos que al mínimo descuido se ciernen sobre ellas.

Las truchas están instintivamente concienciadas para dejar de alimentarse cuando ven una sombra y refugiarse. Lo mismo sucede con los reflejos producidos por los aparejos y utensilios del pescador, son también otra de las causas de huida de las truchas. Aproxímate con la caña baja, que no vea ni el fugaz resplandor de tu caña o carrete.

Rio Esla, remanso ideal para albergar grandes truchas. 

3. La situación : una vez que has llegado al sitio deseado, evita la tentación de lanzar a la primera. A uno lo quiera o no, le encanta lanzar la mosca, sentirse el protagonista principal de una obra maestra, aunque a veces acabe en un fracaso.

3a. Mira primero a tu alrededor por si tienes algún obtáculo que te impida hacer un lance normal, estudia como y donde posará la mosca, evita el posible dragado, no lances a través del río si no es necesario, lanza desde detrás de la trucha y un poco lateral a su posición, ligeramente en diagonal aguas arriba.

3b. Si observas las cebadas delante de un obtáculo grande que te impide lanzar la mosca, o al final de un pozo donde no puedes llegar con ella, sitúate aguas arriba y lateral a la posición de la trucha, teniendo en cuenta la distancia de seguridad mínima para no ser detectado. Lanza la mosca aguas abajo, también ligeramente en diagonal, saca línea si es necesario y deja la mosca que derive hasta la boca de la trucha.

3c. Observa detenidamente la situación, si sigue cebándose, no te ha visto, calma, no se irá. Ya sabes, si produce burbujas las cebadas, seguramente coma arriba, si la ves la cola, osea la aleta caudal o la dorsal, ponte en lo peor, está comiendo emergentes. Este dato se pone aún más de manifiesto, cuando las eclosiones son de insectos pequeños como los mosquitos o Quironómidos, sobre todo en tramos de aguas semiparadas, lugares cercanos a cañaverales o cubiertos de vejetación.
Son eclosiones generalmente más copiosas, aunque menos prolongadas en el tiempo que las de los insectos más grandes. Las ninfas de estos mosquitos eclosionan siempre con la cabeza hacia arriba y haciendo movimientos bruscos con sus cuerpos hasta llegar a la superficie, sólo Una vez finalizada la eclosión, el festín termina, luego otra vez el río parece muerto.

3d. Mira la superficie del agua, ¿que ves? Seguramente muchas cosas o nada, decide con tranquilidad. Los que llevamos muchos años pescando estos escenarios, tenemos en ocasiones tantas dudas como los que comienzan.
Desearía en este aspecto poder ayudarte, poder ofrecerte una lista de al menos media docena de patrones de moscas que te garantizaran tener éxito con estas truchas, pero eso simplemente no es factible, cada río es único, las moscas y las técnicas que funcionan en un río, pueden no ser tan efectivas en otro.
Lo mejor es tomar nota de los insectos que polulan por los ríos que frecuentas. Observa y deja que broten ideas de tu imaginación, cree en lo que haces, en el río encontrarás el mejor laboratorio para confeccionar tus moscas y probarlas con total libertad.

Si alguna vez pescas este río, ten en cuenta que estas truchas tienen especial tendencia a comer insectos en estado de emergencia, insectos que no han superado la película superficial del agua o que habiéndola superado, todavía no se han desprendido en su totalidad de la exhuvia o envoltorio ninfal. En esta fase de emergencia es cuando el insecto se muestra más vulnerable, porque o bien no han podido romper la tensión superficial del agua o habiéndola superado, aún no puede volar. Precisamente por eso, las moscas emergentes bienen a cubrir la necesidad del pescador en ese crítico y difícil momento del insecto.

La superficie del agua en estos escenarios se comporta como una película, como una especie de lámina capaz de alargarse y al mismo tiempo ofrecer cierta resistencia. Debido a la elevada tensión de la superficie en estas tabladas de aguas frías, algunos insectos pueden estar sobre ella sin sumergirse, incluso hay animales que corren sobre ella.
No es pues de extrañar, que los insectos acuáticos, especialmente los Dípteros encuentren muchas dificultades para romper esa barrera de moléculas fuertemente cohesionadas, tanto más cuanto más fría este el agua, y la temperatura del agua en los ríos regulados, especialmente en el Esla es muy baja en verano.

Las eclosiones de estos pequeños insectos son lentas debido a su poco peso, y cuando llegan arriba encuentran muchas dificultades para romper la película superficial del agua, entonces empiezan a desprenderse de su saco pupal, sacando primero su cabeza y las patas delanteras, con las que se ayudan para zafarse de su característica exhuvia rayada. Esto les supone un gran esfuerzo y les obliga a permanecer por largo rato encima de la superficie o en deriva.

Desde el inicio de la eclosión hasta su vuelo, los Dípteros se muestran muy vulnerables, momento que aprovechan las truchas y otros predadores para deleitarse con tan exquisito bocado.

La idea de una mosca mágica es tan antigua como la pesca con mosca. 

4. La Observación: todos alguna vez hemos pasado por esos delirantes momentos en los que una trucha no hace caso de una mosca seca que la presentamos, y la ponemos otra, y otra y otra seca, quizás lo único que estamos haciendo es molestarla, ya que aunque creamos que está comiendo arriba, realmente no es así. Comer arriba es ver desaparecer el insecto que deriva por la corriente. Por eso, la observación de los movimientos que las truchas hacen para atrapar insectos y los diferentes boqueos es determinante en estos escenarios, por lo menos para tener un punto de referencia fiable.

5. Montaje de una emergente : cuanta razón llevaba Malford cuando decía que lo menos parecido a una mosca natural es la imitación artificial que nosotros montamos. Y quien puede dudar que esta afirmación no se mantiene hoy en día, incluso a pesar en los avances en materiales y nuevas técnicas.

La constante búsqueda de la mosca perfecta, ha traído a la mesa de los montadores una amplia oferta de materiales e ideas tendentes a imitar insectos lo más parecidos a los naturales. El pescador de mosca se encuentra a menudo indefenso ante cebadas llenas de incógnitas y concentra toda su pericia en presentar de forma perfecta su mosca, evitando en todo momento el dragado de la misma.

La trucha aveces sube convencida a por la mosca, pero nota algo raro y la desprecia. Esto unido a la merma de eclosiones que en el pasado eran tan abundantes y frecuentes, nos lleva a la conclusión de que la forma de comer de las truchas en estos escenarios ha cambiado, y esto ha calado entre los pescadores con mosca que han desarrollado otro concepto de la pesca, en que las imitaciones de emergentes han adquirido un protagonismo absoluto.

Sin entrar a valorar la capacidad de imaginación que cada uno tiene para imitar insectos en cualquiera de sus fases, el pescador debe tener en cuenta cuando se dispone a montar una emergente, varios aspectos encaminados a imitar una fase muy fugaz del insecto. Tendrá que tener en cuenta la capacidad de absorción de los materiales, el aspecto que ofrecerá cuando esté en el agua, así como la testura en consonancia con los insectos naturales. También tendrá que tener en cuenta que las ninfas emergentes a imitar están vivas, y los factores que esto implica, como los movimientos al emerger de los diferentes insectos acuáticos, que son prácticamente imposibles de conocer por el pescador, y menos de representar en sus artificiales.

También la traslucidez de los cuerpos es otra pieza del rompecabezas del montaje. El como la luz atraviesa un cuerpo natural, es algo que hasta hoy no se ha podido representar en una artificial, entre otras razones porque el anzuelo está siempre en el interior del cuerpo de la artificial, incluso en montajes de cuerpos separados.

Cuando lo que pretendemos es imitar emergentes para usarlas en la misma película superficial del agua, justo en los momentos previos a la eclosión, se hace aún más difícil su correcta imitación, pues al estar tan próxima al menisco, es cuando se pone más de manifiesto la traslucidez de los cuerpos de las ninfas emergentes, debido al efecto de la luz solar, que hace de estos insectos, su casi total transparencia. Por eso, lo único que podemos hacer al montar nuestras emergentes, es crear ilusiones ópticas incorporando algunos elementos al montaje para intentar engañar a estas truchas, como es la exhuvia, el saco alar o"chepa", etcétera.

5a. Los tonos: en gran medida, la supervivencia de los insectos acuáticos depende del mimetismo, del parecido con el medio donde viven. Por eso, la mayoría tienen tonos que pueden ir desde los olivas o grises oscuros, pasando por colores más cálidos como el tabaco o el beige marrón, colores que no abandonarán hasta que se desprendan de la camisa o envoltorio ninfal. Por eso los subimagos, todavía vulnerables tras el primer vuelo, carecen de brillos llamativos, y sus colores son tenuos y apagados, con el fin de pasar lo más desapercibidos posible en su primera aparición fuera del agua.

5b. La silueta: los cuerpos rechonchos, collares abultados o cercos repletos de fibras de pluma o pelos, son malos consejeros para el montaje de estas artificiales. Por el contrario, cuerpos finos, lo más traslúcidos posibles, trabajados con sedas extrafinas, con poco volumen, delicados y blandos, nos darán como resultado emergentes más sutiles, casi con vida propia, más parecidos a los naturales y por tanto preparados para engañar estas grandes truchas, que es en definitiva de lo que se trata.

De lo que no cabe ninguna duda, es de que el montaje de emergentes ha derivado en la creación de moscas de conjunto, precisamente porque ese momento de emergencia es mucho más subjetivo, más fugaz en el tiempo, y es más difícil de observar como puede ser un subimago. Ese es el motivo por lo que la variedad de emergentes artificiales se ha disparado, de tal manera que cada pescador dispone de emergentes diferentes a las de cualquier otro pescador, incluso aunque los materiales sean los mismos. Las imitaciones tienen siempre ese toque personal de cada uno.

Tablada del Esla, donde las truchas se sienten seguras. 

6. El lance : una vez que estas en posición de lanzar la mosca, cuanto menos manipules los aparejos mejor. Se que aveces es tentador dar un paso o dos para obtener un ángulo diferente para el siguiente lanzamiento, pero ten en cuenta que la línea lateral de la trucha ( órgano sensorial), la permite detectar incluso el menor movimiento bajo el agua, muy especialmente en tabladas de aguas someras. Por lo tanto, una vez que estés cerca de la trucha, haz que cada paso cuente, ya que el siguiente paso podría ser el que envíe esa trucha trofeo a su refugio.

6a. Cuida tu primer lance. La imitación incorrecta raramente ahuyenta a la trucha, un mal lance, si. Decía Marriat, 《... el gran secreto para hacer subir una trucha a la mosca consiste en combinar la ligereza y la precisión en nuestro primer lance 》. Prueba a lanzar como si fuera el lance definitivo, evita en lo posible los falsos lances, y sobre todo el dragado de la mosca, alarga si es necesario el bajo de línea, o el terminal. También es importante a considerar el tipo de lanzamiento.

Un lanzamiento estándar o normal, implica una cantidad significativa de movimientos, tanto sobre el agua como por encima de nosotros, con el consiguiente riesgo de espantar a las truchas cautelosas. Los lances rodados son una buena solución para reducir la cantidad de movimientos de la caña durante el lanzamiento, yo los uso habitualmente, también empleo a menudo el lance de curva o curvado cuando las circunstancias lo requieren, por ejemplo en situaciones complicadas de presentación de la artificial, antes de que el bajo de línea o la propia línea entren en el campo de visión de la trucha.

6b. Las truchas en general, y en particular las grandes y viejas, son en ocasiones conscientes de nuestra presencia, saben que intentamos engañarlas con alguna mosca falsa, estas truchas conocen perfectamente las intenciones del pescador y han aprendido de anteriores experiencias, que tienen memoria y saben el estrés que produce un anzuelo clavado en el morro.

Estas truchas denominadas comúnmente "truchas del turista", siguen cebándose como si tal cosa en nuestra presencia, se hacen las "suecas". Hay pescadores que ignorando el comportamiento de estas truchas, o por ser la primera vez que pescan el tramo, se pasan horas cambiando de mosca, pensando tal vez acertar en algún momento con la mosca adecuada. Ten cuidado con estas truchas, no menosprecies su inteligencia. Algunas, a base de tanto " catch and release " han aprendido latín.

6c. Otro aspecto a tener en cuenta cuando se pescan estos escenarios, es que las truchas a menudo, para tomar un insecto que deriva por la superficie del agua, se eleva al tiempo que se deja retroceder por la corriente. Teniendo en cuenta este detalle, entre más agua traiga el río, más fuerte es la corriente, y por consiguiente más largo será el retroceso de la trucha para tomar la mosca. Después de tomar el insecto, la trucha nadará de vuelta a su posición original, osea, a su postura inicial.

Este comportamiento se manifiesta especialmente en tablas de aguas lisas y profundas con fuertes corrientes, por lo que nuestra mosca debería posarse más adelante de lo abitual, para que la trucha vea la mosca venir.
Si posamos la mosca justo donde se formó el aro de la cebada o un poco por delante, lo más probable es que la trucha no vea la mosca al posarse esta fuera de su campo de visión, osea, por detrás de la trucha. Esta forma de alimentarse no se da en todas las situaciones, pero es lo suficientemente común como para tenerlo en cuenta.

No todo son tabladas, también hay otras posturas no menos interesantes. 

7. La mosca : las truchas grandes no son tan selectivas si tienen ganas de comer y se ceban regularmente. Pon la mosca que te de más confianza y observa como reacciona, te dará pistas. Si no se interesa por tu mosca, cambia de mosca y de modelo. Si sube a por la mosca y la rechaza, estás muy cerca de acertar con la mosca adecuada. Si la clavas ligeramente por el morro y se suelta, o en alguna otra parte del cuerpo, seguramente hayas acertado con la mosca y el modelo, pero no con el tamaño, cambia a uno más pequeño, generalmente esa es la mejor solución.

Si consigues que la trucha tome la mosca, eleva ligeramente la caña con un movimiento sutil, no tires nunca hacia atrás, lo único que conseguirás es sacar la mosca de la boca del pez, o en último caso solo conseguirás un deficiente clavado, que tendrá como consecuencia que la trucha se suelte antes de meterla en la sacadera. Aunque tardes una hora en el proceso, si consigues llevarla a la sacadera, habrá merecido la pena, si no, siempre te quedará el consuelo de saber que el cerebro más grande, a pesar de todo, es el tuyo.

Las posturas sombreadas en verano son buenas, tanto para seca como para ninfa. 

8. El camuflaje : las truchas siempre miran o casi siempre miran hacia arriba, ya sea para ver lo que arrastra la corriente o para detectar predadores en busca de comida, incluso cuando se dedican a rebuscar ninfas bajo de las piedras. A los humanos, especialmente a los pescadores, nos deben ver como enormes depredadores, y si una trucha te ve, no tardará mucho en desaparecer de tu vista.

Para hacer menos obvio tu presencia en el río, usa ropa de colores acordes al entorno donde te mueves, pero sin brillos, para ayudar que se mezclen con el cielo y el follaje de las orillas. Evita camisas de colores brillantes como el amarillo, naranja o rojo, en su lugar usa colores verdes opacos, marrones o grises. Las aves que frecuentan los ríos trucheros suelen tener un plumaje en estos colores, todo por una buena razón, pasar lo más desapercibido posible de los depredadores.

Una camisa de pescar de manga larga que aleje la humedad y ofrezca protección solar, de colores acordes al entorno, es una buena solución. La manga larga evita los efectos a corto plazo de las quemaduras solares, y a largo plazo cáncer de piel producido por los rayos del sol, además, una camisa de manga larga también ofrece protección contra los mosquitos.

Las polainas de cuello o buff de pesca, proporcionan a tu cuello la misma protección contra el sol y los insectos que una camisa para los brazos. No pases por alto esta pequeña prenda.

 Tablada del Esla con una buena población de grandes truchas.

Temo resultar pesado y termino. Para los que comienzan y gusten de estos escenarios, ahí tienen algunos consejos. A los pescadores experimentados para que refresquen su memoria. A los demás  pescadores, para que  dejen algún comentario ampliando estos modestos apuntes.

sábado, 24 de marzo de 2018

LANCES DE PESCA CON MOSCA.

En este bello rincón de la geografía leonesa, remanso de paz y soledad, por el que discurren alegres y bulliciosas las frías y cristalinas aguas del Omaña, el encuentro entre el pescador y el pez una vez más va a tener lugar. . .
Firme la mano y preciso el lance, la mosca comienza a descender provocativa por las ondulantes aguas recorriendo una y otra vez los lugares estratégicos donde la " picada " puede intuirse, el ansiado momento está a punto de llegar.
Con un gesto rápido y sutil, el pescador eleva la caña, esta se arquea al tiempo que la línea se tensa, y el pez comienza a romper con acrobáticos saltos la superficie de las rápidas aguas antes de terminar en las manos del pescador.

Desafiando la fuerza del agua en su puesto de caza, otro pez aguarda inquieto atento a todo lo que la corriente transporta. La presencia de una mosca artificial flotando en la superficie de las ondulantes aguas llama su atención, provocando una rápida y decidida reacción para capturarla. Ha tomado el señuelo, y en su lucha por desprenderse de el, va a vender cara su vida hasta el último momento.
La fuerza de la corriente y la envergadura de la trucha que se descuelga aguas abajo, va a obligar al pescador a descender para contrarrestar el efecto y evitar así la rotura del fino nailon que sujeta la mosca, comenzando una emocionante pelea de incierto desenlace.
Ese bravísimo pez como bien habéis adivinado todos vosotros no es otro que nuestra bellísima " pintona ", la trucha común, reina indiscutible de nuestros ríos, que tras la reñida batalla va a recobrar de las manos de un pescador deportivo como premio a su esfuerzo por liberarse del anzuelo su libertad.

Tranquilas y confiadas aveces, son en otras ocasiones esquivas y huidizas ante la presencia de algún objeto extraño. No siempre resulta fácil engañarlas con alguna mosca artificial, muchas veces su agudo sentido de la vista y su extremada desconfianza, dan lugar a aparatosos rechazos si la mosca no es la adecuada o la deriva no es la correcta.
Su comportamiento aveces impredecible es bien distinto según los diferentes momentos del día. Cuando están en actividad dedican la práctica totalidad del tiempo a la caza y captura de sus presas, entre las que figuran principalmente peces e invertebrados de todo tipo, desde la captura en superficie de insectos alados, pasando por el rastreo incansable removiendo piedras del lecho del río en busca de larvas y pequeños crustáceos, su enorme voracidad las lleva a ingerir alimentos en algunas fases de su crecimiento de hasta el diez por ciento de su peso.

Los pescadores hemos venido observando con atención sus movimientos y reacciones, buscando siempre la forma más eficaz de capturarlas. Es en el lecho del río donde la pesca guarda para el pescador sus más recónditos secretos. Larvas de tricópteros ( las friganeas ), en busca de asentamiento donde fijar su estuche, o evolucionando libremente por los fondos. Cantos de caprichosas formas y colores caminando con su casa a cuestas o fijados al lecho del río con sus larvas en su interior.
Poderosas e incansables larvas de plecópteros ( los pérlidos ), rastreando los fondos en constante búsqueda de alimentos, respirando con su peculiar forma de bombear el oxígeno a las branquias filamentosas que llevan en su zona ventral hasta alcanzar la madurez, momento en que saldrán al exterior reptando por las piedras y rompiendo la cutícula ninfal que las envuelve para transformarse en insectos alados y afrontar la reproducción como última fase de su corta existencia.
Inquietas larvas planas de Efemerópteros ( los Heptagénidos ), popularmente conocidos como " pardones ", agitando sus branquias para respirar el oxígeno del agua.
Finas y delicadas larvas de Quironómidos ( los Dípteros ), caracterizados por su abultado tórax, por la estrechez de sus alas y las antenas plumosas de los machos, los conocidos como mosquitos inofensivos, emergiendo en vertical ayudados por los gases que produce la crisálida dentro del envoltorio pupal.
Todas estas larvas y muchas más, en un prodigio de la Naturaleza, se van a convertir tras sucesivas mutaciones condicionadas a su crecimiento en insectos alados.

Entre los principales ordenes de insectos que habitan nuestras aguas se encuentran los Efemerópteros, que son los más representativos de todos los insectos conocidos por el pescador, fáciles de identificar por sus cuerpos estilizados, sus largas colas y sus delgadas alas membranosas que mantienen erguidas verticalmente cuando se encuentran en posición de reposo sobre la superficie del agua o posadas en la vejetación de la orilla.
Cuando las larvas de estos insectos acuáticos maduran y forman su paquete alar que adquiere una tonalidad más oscura, es el momento en el que van a salir de entre las piedras y las hierbas de los fondos soltándose por la corriente para ascender a la superficie después de traspasar la siempre difícil película superficial del agua, en un proceso conocido como " emergencia ". Algunas especies como la Caenis Moesta o la Oligoneuriella rhenana (la palometa), iniciarán el vuelo al instante de emerger, transformándose en insectos adultos en el aire, otras especies lo harán derivando por la corriente con sus alas arrugadas mientras bombean la sangre a través de las venas reticulares para endurecerlas antes de iniciar el vuelo, momento en que las truchas situadas muy cerca de la superficie aprovechan para comerse con absoluta tranquilidad las indefensas efímeras.

Apenas han transcurrido veinticuatro horas desde la eclosión como insectos alados ( subimagos ), cuando comienza otro curioso e interesante proceso de mutación, único entre todas las especies de insectos existentes, la transformación de los subimagos insectos aún no adultos, en imagos, insectos adultos actos para la reproducción.
Los subimagos que han sobrevivido al ataque de las truchas y de otros predadores como los pájaros, tras afianzarse con sus patas en algún elemento sólido, el subimago va a mudar todo su antiguo envoltorio en un proceso más lento y costoso que el de la eclosión. Mediante movimientos ondulantes de su abdomen y empujando todo su cuerpo hacia su abultado tórax, va a desgarrarse este obligado por la presión, dando paso a la salida del insecto al exterior con una tonalidad de color mucho más clara y brillante que irá variando paulatinamente a lo largo de las horas siguientes, explicando este fenómeno los diferentes matices de colores que el pescador se ve obligado a tener en cuenta a la hora de montar sus moscas artificiales.

Agruparse es la mejor estrategia de supervivencia para estas efímeras, muchas de ellas acabarán siendo devoradas por los depredadores, pero eclosionado todas juntas es un seguro de vida para perpetuar la especie, las eclosiones pueden ser tan densas en algunas especies de insectos, que aveces hasta los propios depredadores quedan sorprendidos, son sencillamente demasiadas para comérselas a todas.
Con otras de su misma especie va a comenzar de inmediato sus vuelos nupciales, en el transcurso de los cuales tiene lugar el apareamiento y la cópula, al final de la cual van a sobrevolar o a posarse sobre la superficie del agua derivando por la corriente hasta encontrar un lugar adecuado donde las hembras realizarán la puesta de los huevos. Algunas especies lo harán soltando su paquete de huevos muy cerca o al contacto con el agua, que por su mayor densidad se depositarán sobre el fondo del río, otras especies como los Bétidos lo harán introduciendo las hembras todo su cuerpo bajo el agua. De estos huevos nacerán las nuevas larvas que van a vivir bajo el agua un periodo de un año o más, iniciándose con ello un nuevo ciclo vital.
Todo este maravilloso espectáculo de vida y color que alegra y deslumbra la vista del pescador, parece una orgía de efímeras apareándose disfrutando del último día de sus vidas.

Con las alas extendidas flotando arrastradas por la corriente, los frágiles cuerpos sin vida de machos y hembras de estas especies, en el último viaje de su corta existencia como insectos adultos, van a servir nuevamente de cebo a las ambrientas truchas.
La actividad de los peces en el río se multiplica, imagos que se precipitan sobre la corriente al tiempo que otros subimagos emergen, van a conseguir que las truchas no dejen en un buen rato de comer.
Las reiteradas cebas que van formando ondulantes aros sobre la superficie del agua delatan su presencia, atrayendo la atención del pescador avispado, que no va a tardar en presentar su mosca artificial a las voraces truchas, que finalmente irán quedando prendidas del anzuelo víctimas del engaño.

Unas veces con imitaciones de ninfas, otras con ahogadas o emergentes, y algunas más con secas, las capturas pueden prodigarse si se aprovecha el momento. Para ello es necesario observar con atención lo que las truchas estén tomando en cada momento, dispuestos y preparados para cambiar de mosca cuando los primeros rechazos comiencen a producirse, o cuando no tengamos resultados positivos en los primeros lances.

Es en la Naturaleza donde sin duda el pescador encontrará los mejores modelos para confeccionar sus moscas artificiales.
De la observación minuciosa de los insectos han nacido en el transcurso del tiempo imitaciones de todo tipo con las que el pescador ha tratado de atraer sin recelo a las más desconfiadas truchas. El comportamiento aveces misterioso de estos peces nos obliga cada día a agudizar más y más el ingenio para capturarlas, al tiempo que las dificultades que nos presentan nos estimulan a superarlas.

Moscas de las más variadas formas y estilos salen a diario de las manos de sus creadores, desde imitaciones aladas que han de navegar sobre la superficie del agua, a las imitaciones de ahogadas, emergentes y ninfas que tienen que derivar por debajo. La desbordante imaginación de los montadores no parece llegar a tener límite.

Pero no es sólo la voracidad de las truchas la que motiva el ataque hacia una mosca artificial, otros señuelos objetos extraños con apariencia de vida pueden provocarlas una tremenda agresividad que las impulsa a arremeter contra todo elemento intruso que invada su territorio. Ello ha dado lugar a una técnica diferente de pesca, bien conocida por los pescadores de mosca, pero poco practicada en nuestros ríos, y que sirve igualmente para las aguas tranquilas que para las rápidas corrientes, me refiero al streamer, un señuelo creado para provocar en la trucha tanto la voracidad como la agresividad.
La movilidad que le proporcionan los materiales de montaje como son las plumas de ciertas aves y pelos de mamíferos, junto con los nuevos materiales reflectantes cristal flash o cristal chenille, al que se añaden aveces otros exóticos materiales, le confieren un atractivo irresistible para las truchas que en ocasiones le confundirán con grandes larvas acuáticas, orugas o peces, pero que fundamentalmente lo atacarán como un elemento extraño al que deben ahuyentar o destruir.

El concepto de una mosca artificial es mucho más amplio de lo que generalmente podemos creer, y no tiene porque circunscribirse solamente a los insectos naturales por muchos que la Naturaleza nos pueda ofrecer, un ratón artificial o una mosca atractora pueden igualmente provocar el ataque de las truchas.



Todo este mundo de fantasía y color que gira alrededor de la pesca de la trucha, solo es posible si ese maravilloso pez existe.
Tremendamente amenazada por una brutal e incontrolada contaminación de las aguas, hasta hace poco fuente inagotable de vida subacuática, y un salvaje furtivismo que con las más modernas y sofisticadas técnicas han esquilmado importantes tramos de nuestros ríos, perseguida y acosada por pescadores, por administradores públicos incapaces de gestionar los recursos, y por multitud de depredadores naturales y especies invasoras, la trucha, ese bravísimo pez, se refugia en sus últimos reductos en un desesperado intento por sobrevivir.
Es necesario cambiar nuestra mentalidad de pescadores forjada en los años de la abundancia por otra filosofía en consonancia con los tiempos que nos toca vivir. La pesca con muerte es un anacronismo que tiene que desaparecer, nuestros ríos no pueden seguir siendo ejemplo de degradación y muerte.

A punto de comenzar una nueva temporada de pesca en nuestra provincia, ahora más que nunca queridos amigos, debemos pensar en el pescador que viene detrás y devolver estos bellos ejemplares en las mejores condiciones, solo así será posible que todos podamos participar de esa inmensa riqueza sin precio alguno que son los ríos y las truchas.