sábado, 13 de enero de 2018

Por la senda de la trucha leonesa, "Los praos de guadaña".🌳🍃🐦.🐗🐌🍁

 DEDICADO ...

A los pescadores que no tengan como única emoción hacer el cupo o capturar el mayor número de truchas, a los decepcionados que dejaron de pescar o están pesando dejarlo, a los amantes de la Naturaleza : que en el apasionado ejercicio de la pesca deportiva, encuentren la alegría del espíritu con la íntima satisfacción y el goce de las más puras emociones naturales. 🌾 🍀 🐜 🐥

PARA EMPEZAR :


EL PESCADOR ...

Vive la explosión de la primavera, el rigor del verano, la melancolía del otoño y la tristeza del invierno. Conoce la afanosa vida de los insectos acuáticos y terrestres, el crecimiento de las plantas, el instinto y la astucia de los animales silvestres, la imponente majestuosidad de las montañas, la negra espesura de los bosques, la sencillez de los prados y las tremendas fuerzas desencadenadas de la Naturaleza.🐝🐞🐛

Los Praos de Guadaña. 🌻🌿🌱


LA MONTAÑA LEONESA ...

Valles y prados; caminos y sendas; cañadas y veredas antiquísimas; grutas y cuevas que la Naturaleza con el barreno del tiempo abrió en las rocas y que en los meses de verano sirven de majadas al ganado lanar y cabrio; cortados y abismos que enamoran con risueñas perspectivas, donde pintadas cabras y rebecos pacen saltando agilmente sobre precipicios grandes; merinas y pastores escoltados por mastines y careas que caminan lentamente por escabrosos repechos sin mostrar fatiga; fortalezas y castillos; molinos y hórreos; iglesias y ermitas de modestas capillas con el símbolo de la fe, la cruz de cristo coronando las techumbres, en donde los lugareños celebran romerías y festejos en su entorno; torreones y atalayas; calzadas y puentes construidos por el ejército romano para conquistar el territorio indómito de los astures; ríos a que acuden cientos de arroyos espumosos y alegres, tiernos como niños en verano, y soberbios en época de deshielo, y algunas majestuosas e imponentes cumbres, con la fría nieve entre sus profundas y pintorescas escabrosidades que parecen de lejos las torres de la Pulchra Leonina.

Conjunto de grandiosas y desnudas asperezas, por donde surcan el cielo inmensos buitres con sus inconfundibles siluetas que se entregan a frecuentes vuelos de cortejo para reafirmar los lazos de pareja.

El alma aquí se desliga de las inquietudes cotidianas al suave aliento de la admiración por la grandiosidad y belleza del paisaje. Aquí se aprende a pensar despacio bajo el peso de los recuerdos, y de pensamiento en pensamiento, vuela con irresistible rápido empuje, hasta dar gracias al creador por este regalo de la Naturaleza.

Tierra espléndida en colores, donde los pardos barbechos y las amarillas rastrojeras del sur, contrastan con la verde frescura de múltiples praderías y la alegre vejetación de los prados del norte.

Rincón bellísimo la montaña leonesa; por su estructura geológica, espléndido por su privilegiada Naturaleza y notable por los muchos recuerdos históricos, por su cultura y por sus tradiciones. 🌹🐗🎣

"Los Praos de guadaña" en primavera. 🌹🌺 🌻

"LOS PRAOS DE GUADAÑA "...

En la primavera, al verde intenso de la hierba de los prados, el trébol con la corola de pétalos color rosado, la pimpinela de fino tallo y corola de pétalos violeta, se va mezclando el policromado de infinitas corolas : el amarillo de la flor maya, la pequeña flor blanca de los anises, el azul-púrpura de la alverja, el blanco-amarillo de las margaritas, el rojo de las amapolas... y todo crece y se hace grande con el sol también grande, inmenso el de mayo y junio.

Durante los albores primaverales, cuando la vegetación crece exuberante y las flores despiden con mayor intensidad su exquisita fragancia, los prados de siega ofrecen un maravilloso aspecto y un refugio seguro para los animales. La vida vegetal y animal rivaliza en demostrar su pujanza y lozanía en este periodo álgido primaveral.

Mayo ha llegado, para la mayoría de las aves es tiempo de encontrar pareja y un lugar seguro donde anidar. La Naturaleza se desprende definitivamente del sudario invernal que hasta hace poco la cubría, para mostrar ahora una faz rebosante de vida, luz y color🌹 🌻.

"Los Praos de guadaña" en primavera. 🐲🐛🐝
Ya se ven las golondrinas sobrevolando el cielo de los pueblos, dando vida a los adustos caserones, a los graneros, cuadras y pajares con sus rápidos vuelos y alegres chillidos ¡ Chiii-chiii! y a las de ribera mojando sus pechugas en vuelo rasante en los remansos del río.

La silenciosa y sociable cigüeña, quizás un poco sucia por su reciente baño en la charca, avanza con paso ceremonioso cruzando el prado en busca de algún anfibio con que alimentar a sus hambrientos pollos, o de algún desperdicio humano con que reparar el nido, el hombre rural la respeta con religiosidad, la cigüeña es un habitante más de la aldea, y aunque deja el poblado a finales del verano, siempre cuentan con ella por San Blas.

La abubilla posada en la cerca con su penacho de plumas eréctil, deja oír su monótono ¡ U-pu-bu ! ... ¡ U-pu-bu ! Los policromados abejarucos, incansables cazadores de insectos alados, con su aflautado murmullo ¡ Prruu ! ... ¡ Prruu ! visitan las galerías de antiguos nidos en el talud arenoso del río. No muy lejos de los avejarucos, cruza veloz la fecha cobalto del solitario y arrogante martín pescador, en vuelo rasante, rápido y directo, emitiendo un agudo y penetrante canto ¡ Tiit-tiit!

La discreta polla de agua, atareada en la búsqueda de materiales para la construcción de su nido flotante, al ser detectada, corre a esconderse entre la vejetación emitiendo un penetrante y sonoro ¡Curri-Curri! Los trigueros chirrían en las posaderas elevadas batiendo las alas para marcar su territorio, también las alondras defienden su territorio, emitiendo largos y continuos trinos ¡ Chirrrr-Chirrrr! en una sucesión de ascensos y descensos vertiginosos en el aire, o manteniéndose flotando con las alas abiertas sin apartarse del territorio que han elegido para anidar, mientras que los machos de gorrión persiguen a las hembras que responden con el castañeteo de enfado.

Ya se oye el silbo de la oropéndola, el relincho del pájaro carpintero de carcajada larga y resonante ¡ Kaiü-Kaiü-Kaiück! El tamborileo del picapinos, la flauta del chorlitejo ¡ Tuuli-Tuuli! Y la estrofa explosiva del ruiseñor ¡ Chiquili-chiquili! El moscón con su pico corto y puntiagudo, y su voz balbuceante y breve gorjeo ¡ Zii-Zii! comienza a tejer un laborioso nido con forma de manopla que cuelga de las ramas, es un gran arquitecto y su nido una obra de arte, una maravilla de combinación y adorno que le ha costado prodigios de destreza, paciencia y obstinación laboriosa.

También el inconfundible herrerillo de librea azul, verde, amarilla y blanquinegra, con babero oscuro, fino collar y boina azul, comienza a tejer su nido con su rítmica y vigorosa melodía ¡ Chi-chi-pán! . . . ¡ Chi-chi-pán! . . . ¡ Chi-chi-pán!

Los verdecillos con sus movimientos rápidos y acrobáticos buscan una horquilla entre las ramas de los sauces para hacer sus nidos de tallos, raicillas, musgos y líquenes, entonando largos trinos y gorjeos cristalinos, y las tortolillas empiezan también a construir sus nidos en lo más alto de los árboles de manera firme pero algo tosca, con unas simples ramitas entrelazadas, a veces, tan poco tupidas que desde abajo se distingue la puesta blanca de los huevos, o los pollos recién salidos del cascarón.

El escribano, entre el límite del prado y del bosque, intenta atraer a la hembra correteando en el suelo cerca de ella, con el plumaje algo erizado y las alas levantadas y extendidas. Y ya se empieza a sentir las primeros chasquidos del gran rey alado del bosque que se expande en el eco del prado, como si alguien chascara la lengua contra el paladar, como taponazos de champán, es la voz del urogallo, todo queda petrificado, ¡ Chac-Chac-Chac ! . . . . ¡ Chrrec-Chrrec-Chrrec ! . . .  ¡Toc-Toc-Toc!

El espectáculo no puede ser más hermoso, los pájaros cantan y danzan para nosotros 🎶 🎶 🎶 👏 👏 👏.

Prado de siega, (Boca de Huérgano). 🌼🌺
Los corzos encamados en el frescor de la hierba de los prados, al verse sorprendidos permanecen unos instantes en una especie de inmovilidad plástica, cual si tuvieran conciencia del efecto que producen. Con ojos chispeantes y el cuello en alto huyen dando preciosos saltos sobre las hierbas y mostrando su rosetón blanco.

Se oyen las codornices cantar ¡ Paz-pa-lá! . . . ¡ Paz-pa-lá! que encontraron en este tupido manto vegetal, un lugar seguro para anidar, ahora se dejan acercar mucho, dando ocasión de sentir sus conversaciones y regaños. Es el ave más viciosa de la creación, suyos son los pecados capitales de la humanidad : las dichas de la vida y los esplendores de la Naturaleza, para ellas es la vida una eterna primavera, un suculento festín y un perdurable amor, ignorando las pobres lo que las espera.

El pimentero que ha dejado el melojar, ya empieza a marcar también su territorio en los linderos y huertos colindantes con su voz de alerta ¡ Chip-Chip-Chip! Hasta que por El Corpus, hierbas y flores van desplomándose a golpes de guadaña, hoja fina como la espadaña y curva puntiaguda como la luna en cuarto, las va segando casi en silencio, con ruido mate y piedra sobre el filo, y al troncharlas, las arrastra formando maraños, así se llenan los verdes prados de líneas horizontales, paralelas y equidistantes, donde van poniendo sus notas los grillos, las cigarras y el canto alegre de los jilgueros, en cambio dejan de cantar las codornices, esas deliciosas avecillas que llegaron a estas tierras con energías misteriosas, en busca de clima dulce y cosechas abundantes : grano, agua, hierba, frescura. . . más las heladas de primavera las vuelven tísicas, las sequías prolongadas las pueblan de parásitos, las inundaciones por tormentas las ahogan y el pedrisco las aniquila y destroza sus nidos.
Las que se salvan de los rigores del cielo, también tienen que salvarse de los peligros de la tierra : culebras y lagartos, erizos y ratones campestres se empican a los nidos y los atacan con saña, los gatos domésticos se tornan salvajes y cazan por su cuenta con instinto y gula mejor que un perdiguero por enseñanza, los zorros y los tejones, las ginetas y garduñas, piratas del silencio y cazadores de primer orden, devoran las crías y sorben los huevos, y los cuervos y las urracas, perniciosos y mañeros, ni las dejan criar ni vivir.

En esta lucha diaria por la existencia, todos son verdugos y la codorniz la víctima, y como los prados se siegan cuando los pollos no han roto todavía el cascarón, la guadaña, imagen de la muerte, reduce a destiempo lo que es gala de los campos y emblema de la fertilidad. ¡ Cuántas veces hallan los segadores codornices muertas bajo la afilada hoja de la guadaña, o con las alas extendidas cubriendo sus huevos, o amparando a sus polluelos, vivos algunos y en espera de un calor que no les puede ya dar la madre! 🐣 🐥 😢.

Las codornices abandonan los prados, y vuelan lentas y remisas por los nidos que dejan, más si no encuentran siembras cercanas, aprovechan los regueros, rehoyos y barrancos para anidar de nuevo, precisamente lo que serán vías de agua en las tormentas de verano. Siempre van a dar en la flor de hacer el nido donde la exposición y el riesgo son mayores.😕

Prado de siega en verano. 🐀🐍🐞
Esta geometría de paralelas trazadas a golpes de guadaña, van dejando un oleaje de hierbas que el sol reseca hasta hacerlas crujir. Ya no hay trébol ni pimpinela ni flores ni codornices que canten ni mariposas vibrando entre las hojas de las margaritas huyendo del calor, no hay más que heno que impregna el aire con su olor característico, olor de heno seco bajo un sol aplastante, sol y hierba cortada y cantos de chicharra y cielo azul inmenso.🌝

Los prados se quedan desnudos, el rastrillo les va quitando las últimas briznas, los carros lentos y silenciosos se llevan su abultada carga entre las carrizas y los picones, yugo largo y coyunda opresiva. Y ahora sin flores ni heno se vuelven de color pajizo y quedan tristes. Por un tiempo no tendrán otros moradores que saltipajos, chicharras y pequeñas lagartijas tostando su piel al sol entre los tallos cortados y duros de las hierbas. Pájaros que apenas se posan en las paleras, abejas que ya no zumban, y en el río, el craqueo de algunas ranas entre los hierbajos medio secos, o silenciosas truchas que boquean en las tablas de aguas lisas sin arrugas.🐝 🐞 🐜

Encajonados entre abruptas y escarpadas laderas de robles y encinas, resguardados de la envidia de las secas llanuras castellanas, donde aún el fragor de antiguas batallas cristianas resuenan, cuando se barrunta tormenta, en esos días de bochorno en que el cielo se cubre de nubes recortadas y plomizas, se cierne sobre los prados una luz amarillenta, todo se paraliza con temor esperando la violencia de la acción celeste. Los pájaros huyen para ponerse a cubierto, pero los prados no temen los rayos porque saben que cuando se dirigen a tierra buscan las alturas, no les gusta la llanura suave.

Y cuando se desata la tormenta, los truenos retumban atrozmente que parece que te van a quebrar la cabeza, pues cuando cae un rayo se oye un estampido seco que deja a uno sordo, el bosque entero se estremece al atronador ruido que el eco repite de árbol en árbol y de roca en roca. Después se pone tan oscuro que te acuerdas de todos tus antepasados, y no sabes si ya estás con ellos o vas a hacerles una visita de un momento a otro. Luego se levanta un viento que no deja a uno respirar, y el granizo primero te machaca hasta que te atonta, después unas gotas gruesas te azotan y penetran con fuerza y rabia en el suelo, y los prados resecos las reciben con avidez tranquila porque saben que la lluvia les da vida, que de nuevo van a reverdecer, a renacer después de que cese el furor de la tormenta.

El río a quien también vivifica la lluvia, ruge airado y salta de alegría, mientras la soledad, ese estar tan sólo en el campo en medio de la tormenta, arruga a uno hasta dejarlo como un fuelle, mayor miedo no se puede pasar.
Y cuando la tormenta arrecia y el campo vuelve a recobrar su serena calma, parece que resucitas y la mojadura ni la sientes, entonces piensas que hubiera sido mejor no salir de casa, pero. . . ¡ Sí hacia tan buena mañana ! Las tormentas son muy traicioneras y no avisan. ⛅ ⚡

Prado de siega en septiembre.🌼🐜🐌 

Corre el mes de julio, el calor aprieta de firme, está espesa la luz del sol y se siente su gravedad sobre los hombros. El agua es ya imprescindible en estos días largos y calurosos del verano. Del cercano pinar se escapa un fuerte y vigoroso olor de resinas, entremezclado con aromas de tomillo y romero que embriaga los pulmones y ensancha dulcemente el corazón de plácida alegría.

Del mismo pinar se oye un grito penetrante de una ardilla que se oculta cuidadosamente entre las ramas sacando la cabecita para enterarse, así va subiendo hasta lo más alto del pino, siempre por el lado opuesto huyendo del peligro.
Las torcaces cruzan veloces el cielo limpio de la mañana en busca de los bebederos, mientras un par de milanos dibujan círculos en el espacio con trazo seguro y suelto. Entre musgos y florecillas, corre la fuente clara y suave, escondiéndose y apareciendo entre floridas revueltas hasta unirse al río en un beso verde de frescura y agua.

Los pardales vivarachos y curiosos se hostigan entre ellos y chirrían esperando su turno, se oye el orruyo machacón e intermitente de la tortolilla ¡ Turrr-Turrr! . . . ¡ Turrr-Turrr! La melodía potente y llamativa de la inquieta castañita, y los pios y revoloteos de los patateros, zarceros, mosquiteros entre las sebes. El príncipe del bosque, elegante y señorial en sus movimientos, también acude al abrevadero, luce ahora sus atributos del sexo en todo su esplendor.

A las doce del mediodía ya da agobio, y enciende los carrillos, y saca sudor de las partes más escondidas del cuerpo, y lo caldea hasta hacerle sentir apetencia de agua fresca. Después, a esa hora en que la mañana abraza la tarde, una calma augusta y virgiliana se extiende sobre los prados, tan sólo turba la serena siesta, las largas e inconfundibles sesiones del cuco ¡ Cuu-cu-Cuu-cu!...¡ Cuu-cu-Cuu-cu! O la llamada del grajo ¡ Coah - Coah - Coah! entremezclada con el chirrio de algún grillo ¡ Criiii - Criii - Criii ! en busca de compañera.

Están ya las vacas recostadas a la sombra y rumiando la hierba seca y pálida de los prados, o algún pascón reseco. Corre el sudor por la cara y echan calor las órbitas de los ojos, la mano arrugada pasa su cansancio por la frente y se moja, y se empapa la corona de la gorra. Sudor y calor, un descanso y un trago de agua fresca que apaga por un instante el rescoldo de la garganta, y da alivio, y se siente descender su frescura pecho abajo.😤 😓

Al madurar la atardecida, después de que el sol ha escondido sus dorados rayos por entre las penumbras de la montaña agreste, a esa hora en que la Naturaleza empieza a adormecerse al asomar los primeros tintes de la noche y la brisa olorosa y tibia se torna húmeda y fresca, cuando despierta el gran duque con su canto profundo y lúgubre ¡ Uhú-oo! y comienza el mágico espectáculo de luciérnagas y cárabos, la luna juguetona y un poco casquivana, como sabe que esperamos su bella presencia para que ilumine el camino, se tapa un poco la cara, otras veces ni se asoma.
En esos momentos de oscuridad pesada y densa sin la alegría de estrellas ni luna, cuando el mundo silencioso del bosque es interrumpido por el canto sobrecogedor ululante y trémulo de la coruja ¡ Juu-Juu-Juu! . . . ¡ Ti-uuic ! el prado es tenebroso y da pavor, parece que te metes en las tinieblas y que estas te van a aprisionar con sus brazos invisibles.

En esas noches oscuras de gritos quejumbrosos, siseos, gruñidos, silbidos y maullidos lastimeros, supersticiones y leyendas te vienen al imaginario: ánimas en pena, espectros y apariciones fantasmales. . . de repente, una mano te atenaza con su garfio impidiéndote andar. . . ¡ Que miedo ! Sientes un temor vergonzoso e inexplicable, y todo por una espinosa e inofensiva zarza que se te enganchó del hombro. Después del sobresalto, eres tu quien la domina, y a tu paso se asusta el mirlo negro con potentes y escandalosos cacareos de alarma ¡ Chac-chac-chac ! mientras sale volando a ras del suelo, o se asustan los pájaros que duermen en el suelo y salen rozándote para posarse otra vez junto a ti. El río entonces es de plomo y apenas se mueve, sólo se le oye rugir en los puertos de riego.

A finales del verano, cuando ya ni las ranas croan ni cantan los grillos, ese es el único ruido que se siente, y tan tenuo que desde muchos sitios ni se oye, si acaso el gruñido de algún viejo solitario que dejó su fangoso cubil acompañado de su escudero, marchando entre las tinieblas de la noche con pasos dudosos y mirada fija en el suelo, hozando y levantando con su jeta y sus temibles colmillos los pastizales, y tal destrozo hace en ellos que en poco tiempo los convierte en los lugares más desolados del campo.😲

Prados de Siega, montaña leonesa.🐂🐐🐝 
En septiembre, moza aún la mañana, ya se siente el vientecillo limpio y frío que refresca las mejillas y las manos. Los setos y ribazos se llenan de moras negras, de escaramujos rojos y majolinos tiernos y dulces. Las arandaneras tiñen de color rojo las laderas, y nos recuerda que el otoño ya está entre nosotros.

Los pardillos ahora se han unido en bandos numerosos y conpactos, y surcan los prados en vuelos impulsivos y desordenados, emitiendo un reclamo rápido y rebotante ¡ Ti-ti-tirit! Los ciervos empiezan a salir de los retiros donde han mudado su nueva cornamenta, cayéndoles la borra con el continuo fregoteo en los troncos, ahora los golpes de sus garcetas y de sus cabezas resuenan dolorosamente en mi corazón, se escucha un gemido lastimoso, el vencedor sale para llevar a sus hembras a los prados tapizados de césped, surcados por arroyuelos donde las prepara una encantadora mansión, para hacer menos dura la esclavitud en que las tiene.

En octubre vuelven a poblarse los prados. Un borriquillo juguetón y jovenzuelo, con unos ojos grandes y dorados, ardiéndole su joven sangre de jumento, corre con sonoros rebuznos tras una burra también joven y humilde. Las vacas buscan ahora el pasto verde - pálido retoñado de las lluvias equinociales de finales del verano. Entre tanto ganado mayor pacen las ovejas las frescas y sustanciosas hierbas, y en los lugares tranquilos se oye la ronca de los gamos en celo.

En esos días apacibles de octubre de cielo celajinoso, en la baja luz del otoño, es tan diáfana la atmósfera en los prados de siega, que las ondas sonoras que lleva la brisa, repiten toda clase de sonidos desde muy lejos, ya perceptibles y distintos como las voces de los pastores, el campanillo de alguna res, el canto de las perdices, o el de algún gallo madrugador, ya vagos e indistintos, que no tienen voz y son armoniosos, que suspiran en las hojas de los árboles, que palpitan en las moléculas de luz. . .

Después, en noviembre, en esos días sobrios de luz opaca, viento glaciar y cielo melancólico, cuando el ábrego azota y arremolina las amarillentas hojas y arrastra jirones de blanca niebla enredándola entre las ramas como un sutil velo de encaje, sientes a este enroscarse en el verde y oro ramaje de los chopos hasta hacerles quejarse en agudo y prolongado lamento, y sufres tu mismo su golpe plano y sostenido que te traspasa todo el cuerpo cuando llega a ti, solo los robles después de desprenderse de su follaje cobrizo le muestra su desprecio, ofreciendo al ímpetu de su terquedad las ramas anquilosadas que ni se mueven.
Entonces el frio viento borra las hojas llevándose los colores del otoño  y los prados vuelven a palidecer, y aunque las lluvias de noviembre calen el suelo, no reverdecen, tiemblan ahora cuando llegan los vientos de principios del invierno, y se les heriza las cortas hierbas, y se encogen de frío. . . presienten la nevada que no tardará.🍁 🍄🍃

Prado de siega, montaña leonesa 🌱🌳
En diciembre, en esas noches despejadas de luna llena en que las estrellas manan frío, cuando se oye el ronco ladrido y el agudo aullido del zorro solitario en busca de compañera, los prados tejen una capa blanca muy fina y se cobijan debajo de ella. La escarcha de la fría madrugada invernal llena de brillantes destellos los prados, más el sol siempre sediento la liquida y se la bebe.

Suelen pasarse así bajo el cielo sin nubes varios días, hasta que un día se cubre el cielo con nubes blancas, y un viento frío del Noroeste sopla con insistencia hasta cocer bien la nevada. Las bulliciosas cornejas, presagiando la llegada de la nieve, se organizan en bandos multitudinarios sobrevolando cortados y cárcavas mientras realizan acrobáticas maniobras y picados, emitiendo un sonoro y penetrante ¡ Quiack. . . Quiak ! Ahora buscan las inmediaciones de los pueblos aprovechando la gran cantidad de desperdicios generados por el hombre. La nevada no tardará. 🌚 ⛄


Va llegando esta con lentitud, llegan primero minúsculas bolitas blancas y duras que juegan con las hierbas al caer, y ni siquiera llegan a cubrirlas, después el frío cesa, y en un ambiente templado, las nubes espesas van deshaciéndose dejándose caer en copos grandes y perezosos que se acuestan suavemente sobre la hierba, y la van manchando de blancura inmaculada. Los que siguen a estos primeros ya tienen prisa por llegar, otros después aún aceleran más su paso, hasta que por fin, tanto se apresuran que parece se persiguen, y en tal número vienen, que apenas distingues a cuatro pasos de ti, no se oye más que el monótono ruido que ellos producen al caer, un ruido suave y apagado.

En esas noches interminables de hogar aislado y solitario, la tormenta de nieve te reconcentra más que nunca con tus sentimientos, siempre te acuerdas de los necesitados, del mendigo que angustiado por la impotencia cae quizás a dos pasos de tu puerta. En algunos pueblos, las mujeres en sus rosarios siempre les dedican una oración. ❄❄❄

Prados y bosques de hayas, abedules, servales, acebos, aranderas y brezos. 
Sale el sol después de que las nubes han exprimido su esencia e inquietas y ligeras se marchan. Las pegas con sus estentóreos y ásperos graznidos son las primeras en poner una nota discordante en la tranquila y limpia mañana. La magia flota en el aire, pero en este rincón fascinante de la montaña leonesa, los animales tienen que luchar para sobrevivir, empleando habilidades para ganar la batalla al frío invierno, se avecinan tiempos difíciles.

La nieve que es un regalo de la Naturaleza, es también azote de los animales silvestres, de la noche a la mañana el paisaje se transforma y la abundancia se convierte en escasez. Ya no hay moras negras ni majolinos ni escaramujos rojos ni bayas de enebro ni saltamontes ni grillos ni arañas ni hormigas, ahora las martas y garduñas se dedican a cazar ratones y topillos, y a sorprender a las aves durante el sueño entre las ramas de los árboles donde reposan.

Los tejones se pasaron todo el verano trabajando incansablemente en el acondicionamiento de su guarida, ahora cuando las cosas se ponen feas en el exterior, cuentan con un confortable refugio. Las garduñas y ginetas  limpian apresuradamente las madrigueras  y esparcen por los alrededores la hojarasca y materiales que sirvieron de cama durante el verano, preparando la nueva para la próxima invernada.

Las ardillas si la nevada ha sido importante, encuentran en las piñas su principal fuente de alimentación. Es cosa muy agradable y entretenida verlas comer singularmente piñas, echando la cola sobre la cabeza, y sujetando la piña con las patitas delanteras, y después de darla muchas vueltas, de mirarla y remirarla, la arranca las escamas una a una y va sacando los piñones que roen con lentitud y comen con delicadeza de refinado sibarita. Los pinos segregan unas resinas ricas en azúcar que impregnan sus hojas y actúan como un anticongelante protegiéndolas del frío, un santuario siempre verde para muchos animales entre los que se encuentra el urogallo. Su denso plumaje que cubre incluso sus patas, impide que pierda temperatura al caminar por la nieve, y con su poderoso pico le permite sobrevivir a base de una frugal dieta de piñas y agujas de pino.

Los roedores pueden mantenerse activos bajo la manta protectora de la nieve, pero eso no impide que los detecte el finísimo oído del cárabo o la vista aguda de la dama blanca de los bosques, siempre atentos a una posible presa. Sus caras chatas en forma de corazón, actúan como una pantalla de radar que captan hasta los sonidos más insignificantes, permitiéndoles localizar a sus presas y ajustar sus ataques una y otra vez hasta dar con la víctima.

El resistente mirlo acuático busca insectos e invertebrados bajo el agua. Su plumaje atrapa burbujas de aire manteniéndolo seco y caliente. Estos valientes pajarillos son muy quisquillosos respecto a su territorio, no le hace ninguna gracia la competencia. La nutria con su denso pelaje impermeable no parece afectarla el frío. Al remover el fondo del río en busca de peces y crustáceos, deja a la vista larvas y canutillos de tricópteros, de modo que quizás no esté tan mal tener vecinos.

Durante el otoño, el pico picarrobles almacenó bellotas y avellanas en los huecos de los árboles, y ahora se alimenta de ellas. Todos los restos que caen al suelo atraen a otros pájaros hambrientos, hay que pelear hasta por el bocado más insignificante. El ruidoso y poco sociable arrendajo, también se alimenta de las bellotas que almacenó durante el verano, y también de las que robó a otros animales.

El gato montés, con su agudo oído y su profunda percepción, es un maestro de la emboscada, sus patas almohadilladas le permiten moverse sin hacer apenas ruido. Al zorro le trae sin cuidao la nevada, este estafador de altos vuelos lo mismo se desayuna un lebratillo, que con el mismo apetito y el mismo cinismo se come una perdiz, y sí en sus correrías nocturnas no encuentra estos manjares, se hace filósofo y se contenta con roer avellanas o desgranar algún fruto que no esté demasiado verde. 

Las codornices y las golondrinas hace tiempo que remontaron el vuelo de regreso a sus tierras de origen, y también hace tiempo que no se oye el canto del escribano ¡Chuí-chuí-chuí! La emigración es una táctica más para sobrevivir al invierno, pero no todo el mundo puede echar a volar. Los animales nativos han protegido sus cuerpos de las inclemencias del tiempo, enriqueciendo en grosor y densidad sus pieles y plumajes.

Es época de celo de los javalies, los solitarios luchan con tesón, infringiéndose profundos puntazos y cortes con las navajas. Las perdices bien emplumadas, baten el viento con bravura y defienden su vida con estrategia maravillosa, ahora buscan las laderas abrigadas del viento frío. Las liebres también se encuentran en celo, hallándose en los linderos del prado mechones de pelo arrancados de las escaramuzas.

El corzo que tiró la cuerna a finales de noviembre, presenta ya a medio crecer la nueva cubierta de terciopelo, ahora su pelaje es más oscuro y busca las vertientes orientadas al mediodía evitando los umbrales. Para los animales grandes es difícil encontrar suficiente comida, tienen que moverse constantemente en busca de alimento. Los ciervos ya no encuentran las hierbas verdes y tiernas del verano, ahora tienen que comer ramitas y cortezas. En los prados, las cortas hierbas están enterradas bajo la nieve, y los corzos suelen desenterrarlas, no es la forma más agradable de alimentarse pero es lo que queda, así esperan repastando a templarse con los rayos del sol antes de ir al encame, mientras el oso permanece recluido en su osil.🐻🐗🐺

Los estorninos cubren los prados por cientos planeando al unísono, como una serpentina estirada perfectamente coordinada, y las moñudas que llegaron del norte de Europa, danzan suaves por el espacio con el rítmico batir de sus alas. Del mismo lugar de Europa llega la reina alada del bosque, la dulce dama de los ojos de terciopelo, que encuentra en estos montes y prados su hábitat ideal.

Al alba y al crepúsculo, corretean confiados los sisones y alcarabanes del prado a las lomas, y del monte a la ribera. Las aves carniceras cortan el aire a su albedrío, cazando de vista como el gavilucho flotando en el aire, aleteando frenéticamente mientras escudriña el prado o el barbecho que se abre bajo el, o se ciernen magestuosas al atisbo de algún ave o roedor desprevenido como el reputado azor. Hasta gachas, malvises, ánades y algún ánsar, hallan en los prados un riconcito donde saciar su gula. 🌰🍄🐦

Los prados ahora están blancos y nítidos, su nitidez solo la mancha la cinta sinuosa azul del río. Los árboles se han dormido, y mientras no se desperecen y sacudan sus cabelleras no se divisan. Todo es blancura pura y limpia en el suelo, azul en el cielo y oro brillante en la atmósfera de crital. Después de que el sol los alumbra varios días, la helada les hacen tersos, espejea en ellos el sol esculpiendo cristales de hielo de exquisita belleza.

Por la noche, desde el cielo más claro que de costumbre, la luna llena inunda los prados de luz azul helada. Se oye el río que ahora embraveció y brama de frío, las truchas remontan su curso en busca de los frezaderos, y el lobo que descendió aúlla de hambre, un lamento ronco y desempleado que no olvida jamás quien por primera vez lo haya escuchado ¡ Uuuuh ! ... ¡ Uuuuh !...¡ Uuuuh ! La noche entera parece gemir al unísono ¡ Uuuuh !... ¡ Uuuuh !😲😨

En marzo, la coraza que impone el invierno sobre el paisaje empieza a desaparecer. Es un fin... o un nuevo comienzo. La nieve que ha protegido las semillas durante la estación invernal se funde poco a poco, aportando agua para potenciar su crecimiento. Los animales empiezan a percibir que los días se alargan y las temperaturas se suavizan, e instantáneamente comienza de nuevo la planificación familiar. A pesar del frío, la Naturaleza ha seguido nutriendo los prados, protegiéndolos con la nieve y regándolos con el deshielo. Este es el regalo del invierno para una nueva estación que comienza.🌱🌷

Son los prados sometidos a todos los contrastes que la Naturaleza y el hombre les imponen, más ellos siempre nos ofrecen algo útil o sencillamente grato, por lo menos su belleza siempre nos acompaña. El ejercicio de la pesca de la trucha, te da la oportunidad de conocer mejor la vida animal y vejetal, y te convierte en un verdadero maestro del medio ambiente, solo por eso ya merece la pena ser pescador. 👀🐾

PARA FINALIZAR ...

Pescar ! He ahí nuestro placer favorito. Cuando pasamos meses enteros sin pescar, se nos ve con aspecto triste, como si nos faltara algo esencial a nuestro ser... Sin embargo, cuando se habre la veda, apenas dejamos atrás las últimas casas de la población, cuando sentimos en nuestro ser despierto, el apetito de la pesca... Se borra de la mente las sombras de múltiples inquietudes, brillan los ojos con inusitada llama, se despliegan los labios abriéndose a la risa, aspiramos con avidez el aire puro y fresco de la mañana, y la imaginación, soñando con magníficas aventuras, se desborda con la lengua, y a nuestra rápida e inquieta marcha, comienzan las historias y recuerdos de excursiones pasadas.

Nosotros, los pescadores, los aficionados de pura sangre, necesitamos para la vida el contacto con la Naturaleza, con el sol, con el aire purísimo, con el río donde se desarrolla nuestra principal actividad deportiva, necesitamos oír de cuando en cuando la música del agua, sentir la caña en la mano, la dulzura de los lances, las suaves posadas, las duras peleas con las truchas que hagan palpitar el corazón, la sombra acogedora de los árboles, saciar la sed en los días calurosos de verano con el agua pura y fresca de las fuentes recién nacidas escondidas entre los ricos.

Necesitamos la buena compañía, los saludables razonamientos, los calmados paseos por el río, así como la bella pesca sin caña, y por supuesto los buenos textos.
Entonces amigo pescador, pesquemos por amor a la pesca, por amor a la Naturaleza y por amor al vivir.   🐞🐝🐛

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